viernes, 14 de octubre de 2011

El asma y los niños

Todavía recuerdo que antaño pasábamos la mayor parte de nuestro tiempo en la calle jugando a la comba o al escondite con nuestros amigos y nos lo pasábamos tan bien que nunca queríamos volver a casa. Sin embargo, los niños de hoy en día nacen con una playstation bajo el brazo. Se niegan a salir a la calle. Disfrutan quedándose en casa aislados de la realidad enganchados a los videojuegos y su único amigo ya no es ni la tele sino el ordenador. El cambio ha sido radical. Antes nuestros padres nos reñían porque no pisábamos la casa hasta las tantas jugando y ahora hay que sacar a los niños a rastras a la calle para que no se vuelvan totalmente antisociales y sedentarios.

El tema del que quiero hablaros en esta entrada no es otro que el asma en los niños obesos. Por un lado, hay niños que no tienen complejos y que gozando de una buena salud no quieren salir a la calle y jugar con sus amigos. Y, por otro lado, hay otros niños que no disponen de esa fortaleza física y que, por su complejo y su enfermedad se niegan y además los padres no les dejan que realicen ningún tipo de actividad física. En este segundo caso me refiero a los niños obesos asmáticos. Ningún niño está exento de padecer asma pero los que están obesos corren un mayor riesgo de padecer esta enfermedad, según han destacado expertos en la II Reunión de la Academia de Alergia e Inmunología Clínica (EAACI) sobre Alergia y Asma Pediátrica (PAAM 2011) que se celebra en Barcelona desde hoy hasta este sábado.

Algunos indicios para saber si un niño es asmático se desprenden de los resultados de la investigación elaborada por La Sociedad chilena de Pediatría que publicó en 2007 una investigación llamada Actividad física y obesidad en niños con asma : Los niños con asma son más obesos que sus pares y presentan frecuentemente síntomas durante la actividad física. La presencia de tos, dificultad respiratoria y cansancio durante la actividad física fue significativamente mayor en los niños con asma que en sanos. La alta frecuencia de síntomas asociados, puede ser una de las razones para la disminución relativa de actividad física en niños con asma.




Por último, el asma, aparte de los problemas físicos que conlleva (ya mencionados), también provoca en el niño secuelas psicológicas graves que pueden llegar a ser desde cambios de humor bruscos que pudiera conducir a un trastorno de ansiedad o depresión hasta hechos tan drásticos como el suicidio, según los resultados de una investigación titulada Asma y trastornos psicológicos elaborada la Universidad de Carabobo (Valencia, Venezuela) y Universidad Arturo Michelena (Venezuela) en 2010.

4 comentarios:

  1. Muchísimas gracias, María. Con comentarios así da gusto seguir escribiendo :)

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  2. Yo tenía asma y aunque no estuviese nunca obeso la verdad es que hacer ejercicio me ayudaba mucho a que los ataques me entraran mucho más flojos.

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  3. Muy cierto todo lo que dices. Es penoso ver a niños de 10 años (o la edad que sea) y que estén ya anclados en el sofá. Antes no había tantas enfermedades en niños (o al menos de forma tan abundante como ahora), porque jugábamos, corríamos, salíamos...
    Es la culpa un poco de todo: la sociedad, los avances tecnológicos y los padres. Yo pienso que cuando tenga hijos les voy a inculcar que salgan a la calle y que jueguen, que hagan ejercicio (en la calle o en casa), y ya tendrán tiempo de Play o Nintendo. Y también claro está inculcarles unos buenos hábitos en las comidas y dejar a un lado llevar a un crío a un McDonald´s.

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